Historia



La imagen de Jesús Nazareno había sido llevada en 1880 a San Nicolás procedente de la iglesia de la Magdalena, al altar que hasta entonces habían ocupado las imágenes de la Hermandad de los Gitanos, que a pesar que gozar de gran devoción entre los feligreses, solcitaron su traslado a la iglesia de San Román por las dificultades que tenían para realizar su salida procesional, debido a la estrechez de las calles circundantes. Así, el Nazareno, que había sido titular de la extinguida Hermandad de la Antigua, Siete Dolores y Compasión, una de las cofradías más importantes de la Sevilla del siglo XVII, toma la advocación de Jesús de la Salud en recuerdo del titular de la Hermandad anteriormente establecida en el templo. En el periodo de cuarenta años que transcurrió desde su llegada a San Nicolás hasta la erección de la Hermandad recibió tanto culto diario como cultos solemnes anuales, que eran costeados por devotos y familias de la feligresía.


En las primeras estaciones de penitencia a la Santa Iglesia Catedral, la cofradía tuvo itinerarios muy diversos y complicados debido a la estrechez de las calles que circundaban la feligresía de San Nicolás. A partir de 1925 se ensaya alcanzar la Carrera Oficial accediendo a los Jardines de Murillo desde las calles San José y Santa María la Blanca, para continuar hasta Mateos Gago atravesando el barrio de Santa Cruz, siendo idéntico el regreso en horas nocturnas. Años más tarde se accedería al Paseo Catalina de Ribera y Jardines de Murillo solo en el itinerario de regreso, desde la calle San Fernando, siendo a una de las estampas más bellas de Nuestra Semana Santa, bajo la arboleda junto a la muralla de los Reales Alcázares.
Durante la convulsa década de 1930, la Hermandad no tuvo demasiados problemas con la seguridad de sus imágenes y enseres, al contrario que ocurrió con otras cofradías, salvo la suspensión de algunas salidas la tarde del Martes Santo.

En las dos décadas siguientes, las de 1950 y 1960, se produce una renovación importante en el patrimonio artístico de la hermandad, coincidiendo con la incorporación a la nómina de hermanos del orfebre Manuel Román Seco, amigo y colaborador del antes citado tallista Alarcón. Tras ejecutar unos trabajos para el párroco de San Nicolás comienza a recibir encargos de la Hermandad. Se ejecutan nueva corona para María Santísima de la Candelaria y potencias para Nuestro Padre Jesús de la Salud, así como la renovación paulatina de todos los enseres de orfebrería, culminando con la ejecución de todos los elementos (varales, respiraderos y peana) del paso de palio a finales de los años sesenta. Paralelamente se ejecutó un nuevo paso para Nuestro Padre Jesús de la Salud, tallado magistralmente por Antonio Vega, que se inspiró en el estilo barroco rocalla de los retablos de la iglesia de San Nicolás. Se sustituyó la iluminación eléctrica de los faroles por cuatro candelabros de guardabrisa, estrenándose el paso totalmente terminado el Martes Santo de 1965.

En 1969 tuvo la Hermandad, en regimen de alquiler, un primer local destinado a Casa de Hermandad, en la calle Muñoz y Pabón, dada la conciencia que existió de ofrecer a los hermanos un lugar de convivencia para el mejor desarrollo de los fines establecidos en las Reglas. Pronto la Junta de Gobierno emprendería gestiones para hacer realidad una Casa de Hermandad en propiedad, cercana a la iglesia, que se bendijo en febrero de 1975 en el local bajo de la calle Federico Rubio número 4.

El segundo fue motivado por unas obras en la iglesia de San Nicolás, que obligaron a efectuar la salida procesional el Martes Santo desde la iglesia del cercano convento de Madre de Dios, circunstancia que se repetiría en 1990 por idéntico motivo. Son las dos únicas ocasiones en que la cofradía no ha salido de San Nicolás. Es preciso nombrar llegados a ésta década y la siguiente a un hermano que ocupó la mayor parte de ellas el cargo de Hermano Mayor, Ramón Ybarra Llosent, que auxiliado incondicionalmente por numerosos hermanos y colaboradores en las distintas Juntas de Gobierno que se sucedieron , canalizaron y adaptaron nuestra Corporación a los cambios sociales tan profundos que tuvieron lugar.
El tercero de ellos en el tiempo fue la creación de la cuadrilla de hermanos costaleros, siguiendo la iniciativa surgida en nuestra ciudad desde la juventud integrada en las Hermandades que tuvo su experiencia pionera en 1973 con el Cristo de la Buena Muerte de la Hermandad de los Estudiantes. En 1975 se organizan los jóvenes hermanos de la Candelaria y tras meses de ensayos sacan por primera vez bajos sus hombros el paso de palio de María Santísima de la Candelaria el Martes Santo de 1976, experiencia pionera junto con la Hermandad de San Esteban, cuya recién creada cuadrilla de hermanos costaleros también portaron por primera vez el palio de Nuestra Señora de los Desamparados. Al año siguiente -1977- saldría por primera vez la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Salud portado por hermanos costaleros. En 1976, fruto de ese movimiento juvenil se creó el Pregón del Cofrade por iniciativa de nuestro hermano Ramón Castro Núñez, que de inmediato la hermandad hizo suyo y hoy es uno de los actos de exaltación de nuestras cofradías más veteranos de la semana de pasión.
El último hecho histórico relevante en esta década fue la fusión de la Hermandad de Penitencia con la Sacramental de San Nicolás en 1977, siendo aprobadas nuevas Reglas. Esta antigua Corporación cuyos orígenes se remontan a 1631 tenía muy mermada su nómina de hermanos, que además eran de avanzada edad. Con esta fusión se consigue revitalizar el culto al Santísimo Sacramento a través de los oficios de Semana Santa, el Triduo Sacramental y la Procesión Eucarística de Enfermos e Impedidos, además de incorporar como cotitular a la Virgen del Subterráneo, advocación mariana unida desde finales del siglo XV a la iglesia de San Nicolás, que además de ser titular de la Hermandad Sacramental lo fue de una Hermandad del Rosario que existió en dicho templo, extinguida a finales del siglo XVIII.

A final de la década de 1980, tras una nueva modificación de las Reglas, se produce la equiparación en deberes y derechos de todos los hermanos sin distinción de sexos, lo que supuso la incorporación de las hermanas a la estación de penitencia el Martes Santo de 1988, siendo también una de las primeras cofradías sevillanas en dar entrada a la mujer vistiendo la túnica nazarena. Con el paso de los años se han ido incorporando al resto de hermandades siendo hoy normal no solo realizando anónimamente su estación de penitencia sino asumiendo tareas de gobierno.
Otro hito muy importante para la Hermandad de la Candelaria tuvo lugar en 1992, coincidiendo con la celebración en Sevilla de la Exposición Universal en la Isla de la Cartuja. La Iglesia Diocesana convirtió la Catedral de Sevilla en una sede de primer orden, con la organización de la Exposición Magna Hispalensis bajo las naves catedralicias, que albergaron las mejores obras de arte religioso posibles, y como representación de las cofradías dos pasos procesionales, el del Santísimo Cristo de las Misericordias, de la Hermandad de Santa Cruz, y el de palio de María Santísima de la Candelaria, que durante seis meses recibieron cientos de miles de visitas de todos los continentes.
Otros hechos relevantes de la década 1990 ocurrió en 1995, en que la Autoridad Eclesiástica aprobó la inclusión como titular de la Hermandad de San Nicolás de Bari, en razón de la estrecha unión que desde siempre ha existido entre la Hermandad y la Parroquia. En 1996 la Hermandad celebró con gran brillantez su LXXV Aniversario Fundacional, destacando la concesión de la Medalla de Oro con motivo de tal efemérides a la Iglesia Universal y Diocesana, personalizada en el Señor Arzobispo de Sevilla, Fray Carlos Amigo Vallejo. Igualmente, el Excmo. Ayuntamiento de Sevilla acordó con motivo de tal efemérides que el espacio público existente delante de la fachada principal de la iglesia de San Nicolás se rotulase como Plaza de Nuestro Padre Jesús de la Salud. Se publicó además una obra monográfica, “Semblanza Histórica de la Hermandad de la Candelaria”en la que quedaron recogidos todos los aspectos históricos, artísticos y devocionales de la Corporación.
La llegada del nuevo siglo no fue muy favorable para la vida interna de la Hermandad. La falta de entendimiento entre algunos miembros Junta de Gobierno elegida en 1998 llevó a la Autoridad Eclesiástica a designar una Junta Rectora que dirigió la Hermandad en el periodo 2000-2004, compuesta por tres hermanos y un grupo de colaboradores en funciones de gobierno. Tras aprobación de nuevas Reglas y convocatoria de Cabildo de Elecciones a finales de 2004 podía pensarse que el proceso estaba cerrado, pero nuevas desavenencias en el seno de la Junta de Gobierno motivaron la celebración de nuevo Cabildo de Elecciones a finales de 2006, fecha desde la cual la Hermandad la Hermandad está regida por la Junta de Gobierno actual, recuperándose la normalidad.
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